El 15 de mayo se celebra el día
internacional de la familia y que mejor manera de hacerlo que con el ejemplo de
la Sagrada Familia.
Hoy vamos a entrar en el hogar de
Nazaret para tomar ejemplos de su vida, pues la Sagrada Familia es el modelo de
toda familia cristiana.
Sería el Ángel de la Guarda de la
Sagrada Familia, ya conocido de José, quien muerto Herodes le avisó de nuevo:
“Levántate, toma al niño y a su
madre y vete a la tierra de Israel; pues han muerto ya los que atentaban contra
la vida del niño”.
Y los tres vuelven a recorrer el
camino, ahora un poco más largo, hasta llegar a Nazaret.
Alguna vez el niño, cansado de
andar, se quedaría rezagado en el camino y María le animaría con su ejemplo y
alguna palabra amable: ¡Ánimo Jesús, tienes que hacer hombre fuerte como José!
Y esto ponía alas en los pies del niño.
Llegados a Nazaret, se dedicaron
con ilusión y empeño a organizar la casa y el taller, y pronto comenzó la vida
normal. Vida de oración y de trabajo.
A María y José nunca les faltó afán
de trabajo y mucho menos ahora que lo hacía por Jesús.
Con su trabajo diario de
carpintero, José ganaba el sustento de su Familia, a la que se dedicaba por
entero, cumpliendo su misión de esposo de María y padre de Jesús.
Con su trabajo de Madre y esposa,
María criaba y educaba a Jesús, y atendía amorosa a José y a las labores de
toda la casa.
Y en esta Escuela trabajaba Jesús y
aprendía lecciones de vida: a rezar, a obedecer, a amar y ser amado, a conocer
las letras y la Sagrada Biblia, enseñado pro su Madre, y a manejar la sierra y
el martillo, guiado por su padre José.
Un dato importante y que no se
menciona en la Biblia es que trabajaban en Séforis, antigua capital de Galilea
en tiempos de Jesús, (mucho más grande que Nazaret, ya que por esa época había
unos 100 habitantes en el pueblo), José era una especie de “teknon”, es decir, un
experto en la construcción, que hacía de todo; carpintería, albañilería,
fontanería…y allí se llevaba a Jesús a enseñarle los oficios y a trabajar con
él.
Y así el niño Jesús creció en edad,
gracia y sabiduría hasta hacerse hombre perfecto.
La Sagrada Familia tuvo sus
problemas y preocupaciones cuando no encontraban posada, tuvieron que huir a
Egipto, cuando Jesús se pierde en el templo y como no ese dolor de María en la
pasión de su hijo y al pie de la cruz.
Así pues, llevemos siempre el
ejemplo de la Sagrada Familia a nuestros hogares, hagamos que nuestra familia
se asemeje a la de Jesús.
En todas las familias hay
dificultades, preocupaciones, dolores, miedo….pero siempre tiene que pesar más
en la balanza la alegría, el bien, el gozo, el llevarse bien entre todos los
miembros de la familia, en estar felices y sobretodo en amarse y protegerse.
La familia es lo más sagrado que
Dios nos puede dar, crecer con un padre, una madre y hermanos. Así que
cuidémosla, recemos por todas las familias del mundo, por las dificultades que
puedan estar pasando y porque en sus hogares haya salud, paz y felicidad.
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